Anotación para el mundo: la ayuda japonesa de posguerra y la estructura de la propaganda antijaponesa.

Un análisis explicativo sobre la ayuda financiera y tecnológica sin precedentes que Japón proporcionó tras la guerra y la propaganda utilizada para ocultar esos hechos.

2017-04-17
Para la gente de todo el mundo esto no será evidente, por lo que añado la siguiente anotación.
El Instituto Goethe, creado por Alemania para difundir la lengua y la cultura alemanas, sigue el mismo patrón.
Hasta leer este libro desconocía completamente este hecho.
Los llamados intelectuales culturales, encabezados por Kang Sang-jung, que han repetido la absurda consigna de que Japón debe aprender de Alemania, así como los medios, con el Asahi Shimbun a la cabeza, no han dicho ni una sola vez que Japón deba aprender de Alemania en este sentido.
Es decir, ha llegado el momento de que todos los japoneses y las personas del mundo sepan que quienes han insistido en que Japón debe aprender de Alemania son, en realidad, Ozaki Hotsumi contemporáneos.

Los perspicaces lo entenderán con esto, pero para el resto del mundo no será así, por lo que continúo con la anotación.
En primer lugar, la ayuda financiera que Japón ha proporcionado a China desde la posguerra es la mayor ayuda bilateral de la historia de la humanidad.
Japón no solo aportó fondos, sino que bajo el lema de la amistad sino-japonesa brindó generosamente asistencia tecnológica.
La China actual existe precisamente gracias a este hecho, que el mundo desconoce.
En cuanto a Corea del Sur, Japón proporcionó, al firmarse el tratado Japón-Corea, una ayuda equivalente a tres veces el presupuesto nacional surcoreano de entonces.
Que esto haya creado el llamado milagro del río Han y la Corea del Sur actual también es desconocido en el mundo.
Los gobiernos de China y Corea del Sur ocultan deliberadamente estos hechos a sus pueblos.
Por ello, la mayoría de sus ciudadanos no sabe nada.
Además, China y Corea del Sur han continuado durante 72 años una propaganda antijaponesa en la arena internacional para mantener a Japón, que simplemente perdió una guerra y fue colocado en el bando derrotado por Estados Unidos, como prisionero político.
Lo que han utilizado de manera arbitraria, es decir, a su conveniencia, es el discurso del presidente alemán Richard von Weizsäcker.
Han seguido diciendo que Japón debe aprender de Alemania y disculparse eternamente.
La actitud de China y Corea del Sur es, en esencia, maldad insondable y mentiras verosímiles.
El momento para que el mundo conozca que su perversidad no tiene precedentes en la historia de la humanidad ya ha llegado hace tiempo.
Ya sea porque su pensamiento está formado por los editoriales del Asahi Shimbun o porque es un Ozaki Hotsumi de nuestros días, Haruki Murakami afirma que Japón debe disculparse eternamente ante China y la península coreana, e incluso intenta difundir en su nueva obra la cifra de 400.000 víctimas de la masacre de Nankín.
Continuará.

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